jueves, 18 de diciembre de 2014

Reelaboración añeja del espacio

Durante la Colonia, en Cojinalá, pequeña villa situada en alguna parte de Guanajuato, eran no pocos aquellos espacios en los que voces susurrantes recorrían los dos parques sembrando pavor entre los nocturnos caminantes; lloronas y plañideros, fantasmas esquivos cuyas sombras los delataban apenas, preferían las calles angostas para gritar su desventura en vida. Los pobladores cerraron, por uno de los extremos, un par de aquellas estrechas callejuelas y las denominaron "callejones del beso furtivo" y así crearon, con los años y la persistencia de todos esos espíritus chocarreros, una notable atracción turística, de la que vive ahora la mayoría del pueblo...

El tropiezo de la elegante dama

Abierta ya la puerta de la limosina se vieron dos torneadas piernas con medias apenas más obscuras que la piel, nerviosos zapatos blancos de tacón se movían mientras algo la detenía; salió al fin, enjoyada y agitada y paseó la altiva mirada en el exterior, seriedad como flamingo al acecho, y acomodando escote del ajustado vestido gris, se enderezó con exceso, trastabilló con un tacón y cayó de rodillas en la acera emitiendo un graznido de pavor.

Aquel vagabundo

Bajo aquel descolorido gabán se adivinaba su magra y larga figura; rizos rebeldes en blanco y negro esconden apenas esa ávida mirada azul que traspasa cualquier pensamiento ajeno; título de maestría en ciencias escondido y cosido dentro del gabán; su andar seguro y bravío va entonando con voz gruesa arias y tangos plañideros con los que alterna en parques y cárceles, derramando dignidad, provocación y libertad.

sábado, 6 de diciembre de 2014

Microrrelato: El séptimo perro

"Los ciento veintisiete habitantes, dos mulas y seis perros se reunieron en la plaza con el Alcalde, Injustino Patrañas, del pueblo "Yomandoaki de Arriba", todos se oponían al nuevo ordenamiento obligatorio de pintar de negro las fachadas de las casas; la más encabronada era su mujer cuyo hijo había muerto anteayer, mordido por el hoy fallecido -por órdenes del Munícipe- séptimo perro, a la salida del pueblo. - ¿Y si lo mandamos a chingar a su madre por matar a mi perro? Total, ya estamos aquí, y a muchos de los que están les he oído decir que ya están hartos de Injustino- dijo Camilo Segundo, el hijo de diez años de Camilo el zapatero del pueblo... Y puso a pensar a la gran mayoría."

¿QUÉ OCURRIÓ CON LAS CARTAS DE ZORIÓN? por Julio Iñaki Zuinaga Bilbao

¿QUÉ OCURRIÓ CON LAS CARTAS DE ZORIÓN? por Julio Iñaki Zuinaga Bilbao : Libro de intriga ante la posible existencia de un mundo paralelo; ca...