“Fue precisamente, cuando al fin de meses de rogarle, llegó,
en el momento justo, cuando yo había conseguido pasar al otro lado del espejo”.
«Rico clima, como para despedirse de los años, en el balcón
–pensó». Y subió a la barandilla, para abrazar el aire mientras caía".
“Tras aquel fogonazo… lo primero que voló por los aires
fueron la tapa de los sesos y ambos tornillos que la sujetaban.”
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